30 abr 2017

¿Qué hago con las hormigas en mi jardín?

Cada vez que alguien me pregunta que hacer para evitar que haya hormigas en su jardín, no encuentro una respuesta adecuada, y en realidad no quiero encontrarla. Soy consciente que para muchas personas pueda resultar un problema encontrarlas por diversas razones. En mi opinión como todos los demás insectos tienen todo el derecho a vivir en el trozo de naturaleza que estoy cuidando cuando poseo un jardín, y trataría de convivir de la manera más armónica posible con ellas. Pero además las hormigas tienen algo especial, que en muchas personas despierta simpatía, respeto, interés, incluso fascinación. Simplemente hay que fijarse en la gran cantidad de información que se encuentra en medios populares acerca de este grupo y que no podemos encontrar con tanta facilidad respecto a otros insectos.

Las hormigas evolucionaron de antepasados similares a una avispa a mediados del Cretáceo y pertenecen a la misma familia de insectos que las avispas y abejas.Además son uno de los grupos zoológicos de mayor éxito, con cerca de 14 000 especies descritas, aunque se estima que pueden ser más de 22 000. Forman colonias de un tamaño que se extiende desde unas docenas de individuos que viven en pequeñas cavidades naturales, a colonias muy organizadas que pueden ocupar grandes territorios compuestas por millones de individuos. Han colonizado casi todas las zonas terrestres del planeta; los únicos lugares que carecen de hormigas indígenas son la Antártida y algunas islas remotas o inhóspitas.Se considera que su éxito en tantos entornos se debe a su organización social y a su capacidad para modificar hábitats, a su aprovechamiento de los recursos y a su capacidad de defensa. Se calcula que pueden formar el 15-25 % de la biomasa de los animales terrestres.

Contrariamente a la creencia popular, algunos hormigueros tienen múltiples reinas, mientras que otros pueden existir sin reinas. En colonias sin reinas, hay obreras con la capacidad de reproducirse.
La mayor parte de las reinas son las únicas hembras que son fértiles y no todas las hormigas macho son fértiles. Las hormigas machos estériles o guerreras se encargan de defender la colonia o conquistar otras colonias. Los machos alados también pueden aparearse con reinas de otras colonias; cuando se introduce en una colonia ajena, el macho es atacado por las obreras, pero entonces libera una feromona de apareamiento y, al ser reconocido como amigo, se le llevará ante la reina para aparearse.

Las hembras de algunas especies se aparean con un solo macho, pero las de otras lo hacen con varios machos. Las hembras que se han apareado buscan después un lugar adecuado para empezar una nueva colonia. Las hembras almacenan el esperma que obtienen durante su vuelo nupcial para fertilizar de manera selectiva los futuros huevos. Las primeras obreras que nacen son débiles y más pequeñas que las que nacen con posterioridad, pero empiezan a servir a la colonia inmediatamente; amplían el hormiguero, buscan alimentos y cuidan de los otros huevos. En las especies que tienen varias reinas, una de ellas puede abandonar el hormiguero, junto con algunas obreras, para fundar una nueva colonia en otro lugar.

Las colonias de hormigas pueden ser longevas. Las reinas pueden vivir hasta treinta años, mientras que las obreras viven entre uno y tres. Los machos, sin embargo, tienen una vida más efímera, y solo viven unas pocas semanas. Muchos animales pueden aprender comportamientos por imitación, pero es posible que las hormigas sean el único grupo, aparte de los mamíferos, en que se ha observado una enseñanza interactiva.

¿De qué se alimentan las hormigas?
La mayor parte de las hormigas son depredadoras generalistas, carroñeras o herbívoras directas o indirectas, pero algunas especies han evolucionado hacia una especialización en los modos de obtener alimentos. Las hormigas cortadoras de hojas (Atta y Acromyrmex) se alimentan exclusivamente de un hongo que solo crece dentro de sus colonias. Recogen continuamente hojas que después llevan a la colonia, las cortan en trozos pequeños y las ponen en jardines de hongos. Las obreras se especializan en tareas según su tamaño; las más grandes cortan tallos, las medianas mastican las hojas y las más pequeñas cuidan de los hongos. Estas hormigas son lo bastante sensibles como para reconocer la reacción de los hongos ante diferentes tipos de vegetales, aparentemente detectando señales químicas de los hongos. Si un determinado tipo de hoja es tóxico para el hongo, la colonia ya no recogerá más. Unas bacterias simbióticas que se encuentran en la superficie exterior de las hormigas producen unos antibióticos que eliminan las bacterias que podrían dañar los hongos. Los pulgones y otros insectos hemípteros secretan un líquido dulce denominado mielada cuando se alimentan de savia. Los azúcares de la mielada son una fuente de alimento con alto contenido energético, que recolectan muchas especies de hormiga. En algunos casos, los pulgones secretan la mielada en respuesta a los golpecitos que les dan con las antenas. Las hormigas, a cambio, los defienden de sus predadores y trasladan a los pulgones de unas zonas de alimentación a otras. Cuando migran a una nueva área, muchas colonias se llevan los pulgones para asegurarse un suministro continuo de mielada. Las hormigas también mantienen cochinillas para recoger su mielada. Estas cochinillas pueden llegar a convertirse en una seria plaga si hay hormigas dispuestas a protegerlas de sus enemigos naturales.

Relación entre las hormigas y el ser humano
Las hormigas desempeñan múltiples papeles ecológicos que resultan beneficiosos para los humanos, como la eliminación de plagas y la aireación del suelo.Su utilización por el hombre en el control biológico de plagas es muy antiguo. En Yemen se manejaban las hormigas para disminuir las poblaciones de plagas de las palmas datileras. En China desde la Edad Media los agricultores han regulado plagas en los cítricos con la hormiga tejedora (Oecophylla smaragdina), y han controlado algunos lepidópteros barrenadores en las plantaciones de caña de azúcar introduciendo colonias de Tetramorium guineense. Algunas hormigas exóticas a pesar de ser calificadas como invasoras son usadas en algunas regiones como controladores biológicos de plagas, por ejemplo, Pheidole megacephala en el control del tetuán del boniato en Cuba, Wasmannia auropunctata en el control de plagas de cacaotales en Gabón y Camerún, o para ahuyentar diversos insectos herbívoros con Solenopsis invicta o con Linepithema humile en los Estados Unidos. Por otro lado, las hormigas pueden convertirse en un problema cuando invaden edificios, o causan pérdidas económicas en las actividades agrícolas. Algunas especies de hormigas son consideradas plagas, y debido a la naturaleza adaptativa de sus colonias, eliminarlas por completo es casi imposible. Por lo tanto, la gestión de plagas se centra en controlar las poblaciones locales, en lugar de intentar eliminar una colonia entera, y la mayor parte de las tentativas para su control son soluciones temporales.

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